El Santo Rosario



El Santo Rosario : contemplar con María el rostro de Cristo

El Rosario o salterio de la Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo del ángel a María...
“El Rosario es también un itinerario de anuncio y de profundización, en el que el misterio de Cristo es presentado continuamente en los diversos aspectos de la experiencia cristiana. Es una presentación orante y contemplativa, que trata de modelar al cristiano según el corazón de Cristo” (RVM 17)

La Iglesia ha visto siempre en esta oración una particular eficacia, confiando las causas más difíciles a su recitación comunitaria y a su práctica constante. En momentos en los que la cristiandad misma estaba amenazada, se atribuyó a la fuerza de esta oración la liberación del peligro y la Virgen del Rosario fue considerada como propiciadora de la salvación”(RVM 39)



HISTORIA DEL ROSARIO


1. Formación del Rosario. Los dominicos.

Siglo XII
Aunque ya existía la costumbre de repetir avemarías en número variable, fue en el s XII cuando se fijó el número de 150, equivalente al de los salmos, para acompañar a los monjes mientras ellos recitaban los salmos del oficio divino. Ya en el siglo XIII, los cistercienses hacen tres grupos de 50 avemarías.

Siglo XIII
Nuestra Señora se aparece a Santo Domingo de Guzmán, le entrega el rosario y le impulsa a difundirlo por el mundo. Santo Domingo cumplió este encargo "con la más acendrada fe en la devoción del santo Rosario, que fue el primero en propagar, y que personalmente y por sus hijos llevó a los cuatro ángulos del mundo" (León XIII, "Supremi apostolatus").

Siglo XIV
Los cartujos intercalan el padrenuestro y meditan distintos momentos de la vida del Señor. Añaden "Jesús" al avemaría.

Siglo XV
El Beato Alano de Rupe (1428-1475), dominico, unificó los elementos del Rosario y le dio forma definitiva. Eligió el nombre de los quince misterios y fundó la cofradías del Rosario. Otros dominicos colaboran.

En esos años se añaden las letanías y se completa el avemaría añadiendo la parte final: "Santa María, madre de Dios, ruega por...". Esto da lugar a una curiosa paradoja: es posible afirmar que el Rosario existió antes que el avemaría (ya se entiende).

Los Papas aprueban el Rosario (Sixto IV en 1479), y le otorgan indulgencias (Inocencio VIII en 1485, bula Sacer Praedicatorum Ordo).


2. Siglo XVI. Expansión. Lepanto.

- Las cofradías del Rosario se extienden por todas partes. Sus miembros adquirían la obligación principal de rezar el Rosario.

- Los dominicos propagan el Rosario en la América recién descubierta. Pronto adquirió gran popularidad.

- 1569. San Pío V en la bula "Consueverunt Romani Pontifices" estableció oficialmente la forma de rezar el Rosario que se ha mantenido hasta ahora.

- 1571 (7 de octubre). En el Mediterráneo, los turcos asolaban los pueblos cristianos asesinando, robando y tomando numerosos cautivos. Para poner fin a esta situación, se organizó una flota que se enfrentó a la armada turca -más numerosa- en el golfo de Lepanto. Esta famosa batalla supuso un gran alivio para los cristianos, que atribuyeron la victoria a la intercesión de la Santísima Virgen invocada en todas partes con el Rosario. El mismo Papa San Pío V participaba en una procesión rezando el Rosario por este motivo, cuando milagrosamente conoció y anunció la victoria. Después, añadió a las letanías "Auxilio de los cristianos", e instituyó la fiesta de N. Sra. de la Victoria, que más tarde pasó a llamarse N. Sra. del Rosario. Y el Rosario se propagó intensamente.


3. Iniciativas posteriores en torno al Rosario.

Siglo XVII
1629. Surge el Rosario perpetuo. El dominico Timoteo Ricci repartió 8760 tarjetas tantas como horas tiene el año, entre quienes aceptaban dedicar una hora al año a rezar los quince misterios del Rosario. En 1858 se propuso una hora mensual.

Siglo XVIII . . . Nace la procesión popular del Rosario de la aurora.

Siglo XIX
Se propaga el Rosario viviente: Se forman grupos de quince personas que se comprometen a rezar diariamente un misterio del Rosario. Así cada grupo reza día a día el Rosario completo.

Siglo XX
Durante la segunda guerra mundial surge la Cruzada del Rosario. En USA (padre Peyton) nace el famoso lema "familia que reza unida permanece unida".


4. Siglo XIX-XX ¡Rezad el Rosario!

A comienzos del siglo XIX, el Rosario forma parte de la vida cotidiana del católico. Se piensa acertadamente que el cristianismo reclama devoción a nuestra Señora, y el amor a la Virgen implica rezar el Rosario. Años después, varios hechos invitaron a rezarlo más.



1858
(11 de febrero). Lourdes. Nuestra Señora se aparece con el rosario en la mano, e indica a Bernardette que lo rece. "La misma Santísima Virgen recomendó especialmente este modo de oración, cuando se apareció y lo enseñó a la sencilla muchacha en la gruta de Lourdes" (Pio XI, Ingravescentibus malis, 16).


1883 León XIII declara octubre como mes del Rosario.

1884 Segunda encíclica de León XIII invitando a rezar el Rosario.

1889 Tercera encíclica de León XIII insistiendo en rezar el Rosario.

1891-1898 Una encíclica es el documento de mayor categoría que escriben los Papas. Y ya llevamos tres encíclicas sobre el Rosario. Cualquiera podría pensar que el tema ya está claro. Pero el Papa necesita de las oraciones de los cristianos e insiste en el rezo del Rosario dedicándole 8 encíclicas más, año tras año: 1891-92-93-94-95-96-97 y 1898. Durante ocho años seguidos el Papa León XIII recomienda a los católicos el rezo del Rosario. Le ha dedicado 11 encíclicas (aparte de otros 11 documentos de menor categoría donde el Rosario es también el tema central).

En consecuencia, a comienzos del s.XX nadie duda de que un buen cristiano reza el Rosario. Sin embargo, en el cielo piensan que conviene insistir más, y N. Señora interviene de nuevo.

1917 (13 de mayo). Fátima. Santa María se apareció a tres niños portugueses (Francisco, Jacinta y Lucia) y les cita los días 13 de cada mes, hasta octubre donde hizo un gran milagro ante 70.000 personas. En esas apariciones, habló a los niños de varios temas: la paz, la penitencia, la conversión, el desagravio, etc. Pues bien, María se presentó así: "soy la Señora del Rosario" (6ª aparición), y en cada una de las apariciones animó a los niños a que rezaran el Rosario.
León XIII había recomendado el Rosario con insistencia anual. Nuestra Señora lo recordó mensualmente.




5. Siglos XX y XXI
Esta insistencia tan reiterada no fue suficiente. Avanzado el siglo XX se extendió una aguda crisis en la Iglesia y en la devoción mariana. Por ejemplo, la década 1964-1974 se ha llamado "el decenio sin María" (tremendo). Y sin Dios, pues esta devoción no fue sustituida por ninguna otra.

Siglo XXI Juan Pablo II escribe la encíclica "Rosarium Virginis Mariae". Allí: Se declara un año dedicado al Rosario (octubre 2002 - octubre 2003).
Se proponen 50 avemarías más: los misterios luminosos, completando así el recorrido evangélico que se realiza al rezar el Rosario.


rec. Fátima

Lo que más deseo

Lo que más deseo
"Sea lo que fuere lo que desees, cuando reces, cree que lo recibes y lo tendrás."

martes, 11 de mayo de 2010

Oraciones
  • Oración a la Virgen

    ¡...Madre mía querida y muy querida!
    Ahora que ves en tus brazos
    a ese bello y tierno niño
    no te olvides de este siervo tuyo,
    aunque sea por compasión mírame,
    ya sé que te cuesta apartar los ojos de Jesús
    para ponerlos en mis miserias,
    pero Madre si tú no me miras,
    ¿cómo se disiparán mis penas?
    Si tú no te vuelves hacia mi rincón
    ¿quién se acordará de mi?
    Si tú no me miras,
    Jesús que tiene sus ojitos clavados en los tuyos ,
    no me mirará:
    Si tú me miras EL seguirá tu mirada y me verá
    y entonces con que le digas
    ¡Qué pena! necesita nuestra ayuda:
    y Jesús me atraerá a si y me bendecirá
    y lo amaré y me dará fuerza y alegría
    y confianza y desprendimiento
    y me llenará de su amor y de tu amor
    y trabajaré mucho por EL y por TI y haré que todos TE amen
    y amándote se salvarán...”

    Padre Alberto Hurtado


  • Oración de una madre

    Hazme buena, Señor, para mis hijos,
    con la bondad de las cosas sencillas,
    en cada mañana, en cada noche,
    en la verdad de cada día.

    Hazme fuerte, Señor, para darles
    las palabras precisas
    y mantenerme y mantenerlos
    serenamente dignos.

    Hazme fuerte, Señor, para llegarle
    oportuna y sin prisa,
    que sepa aligerarles las tristezas
    y compartir sus risas.

    Hazme justa, Señor, para formarle
    las conciencias tranquilas
    para que sean libres de malsanas pasiones;
    hondos en el sentir y altos de mirar..

    Hazme humilde, Señor, cuando les lleguen
    sus triunfos y sus dichas,
    que sepan ser prudentes
    y no despierten adulación ni envidia.

    Hazme humilde, Señor, aún más
    cuando le toque atravesar desdichas,
    que tus Diez Mandamientos los sostengan,
    y mi amor los conforte, y Tu amor los dirija.

    Ampárales, Señor, no me los dejes
    atravesar peligros sin salida,
    que entren limpios y firmes en la prueba,
    para encontrar serenos la alegría.

    Que sepan compartir y bien escojan
    a quien ha de acompañarlos en la vida.
    Hazme merecedora de ser Madre,
    que para serlo fui por ti escogida.

    Amen.


  • "Caricias"

    Madre, madre, tú me besas,
    pero yo te beso más,
    y el enjambre de mis besos
    no te deja ni mirar...
    Si la abeja se entra al lirio,
    no se siente su aletear.
    Cuando escondes a tu hijito
    ni se le oye respirar...
    Yo te miro, yo te miro
    sin cansarme de mirar,
    y qué lindo niño veo
    a tus ojos asomar...
    El estanque copia todo
    lo que tú mirando estás;
    pero tú en las niñas tienes
    a tu hijo y nada más.
    Los ojitos que me diste
    me los tengo de gastar
    en seguirte por los valles,
    por el cielo y por el mar...

    Gabriela Mistral


  • Gracias por las Madres

    Señor Jesús:
    Gracias por las madres que nos has dado.
    Los más nobles sentimientos que tenemos,
    los sembró en nosotros nuestra madre:
    la fe, la honestidad, el amor al trabajo.
    Señor Jesús:
    En esta hora de retos y desafíos,
    las madres necesitan de tu ayuda:
    para atender a la casa y al trabajo,
    para hacer de padre y madre,
    para educar en los valores cristianos,
    para defenderse de la tentación,
    para no caer en el pecado.
    Señor Jesús:
    Que la Virgen Madre las llene de fortaleza.
    Señor Jesús:
    Que la Virgen María siga siendo
    modelo de todas las madres.
    Señor Jesús:
    Que también ellas luchen por la justicia
    y que confíen en el Dios de los pobres:
    El Dios que quiere pan en todas las mesas
    y paz en todos los hogares;
    el Dios que destruye el poder corrompido
    y protege a los indefensos y humillados.
    Señor Jesús:
    Ilumina la vida de nuestras madres.
    Premia sus desvelos y trabajos.
    Da paz a las madres ya difuntas…
    Bendice a todos los hogares.
    Y que los hijos sean siempre
    gloria y corona de las madres.
    Amén.


  • Bendición para las madres

    Padre Celestial:
    Te damos gracias por nuestras madres a las que tu les has confiado el cuidado precioso de la vida humana desde su inicio en el vientre.

    Tú has dado a la mujer la capacidad de participar contigo en la creación de nueva vida. Haz que cada mujer puede llegar a comprender el pleno significado de esta bendición, que le da una capacidad ilimitada de amor desinteresado a todos los niños.

    Mira a cada madre que está esperando un hijo, fortalece su fe en Tu paternal cuidado y amor para ella y para su feto. Dale valentía en tiempos de miedo o dolor, la comprensión en los momentos de incertidumbre y duda, y la esperanza en tiempos de problemas. Concédele alegría en el nacimiento de su hijo.

    Bendice a las madres a quienes les has dado el gran privilegio y la responsabilidad de ser de un niño el primer maestro y guía espiritual.
    Haz que todas ellas pueden dignamente fomentar la fe de sus hijos, siguiendo el ejemplo de María, Isabel, y otras santas mujeres que siguen a Cristo.

    Ayuda a las madres a crecer diariamente en el conocimiento y la comprensión de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, y concédeles la sabiduría para difundir este conocimiento fielmente a sus hijos, y a todos los que dependen de ellas.

    Ayudar a todas las "madres espirituales", quienes, a pesar de que no pueden tener hijos propios, desinteresadamente, sin embargo, están al cuidado de los hijos de los otros - de cualquier edad y estado de vida. Que puedan conocer la alegría de cumplir este maternal llamado de la mujer, tanto en la enseñanza, la enfermería, la vida religiosa, o en otro tipo de trabajo que reconoce y promueve la verdadera dignidad de todo ser humano creado en su imagen y semejanza.

    Nosotros te pedimos que envíes el Espíritu Santo, el Consolador, a las madres de los niños que han muerto, están enfermos o separados de sus familias, o que se encuentren en peligro o problemas de cualquier tipo. Ayuda en el duelo a las madres a confiar en Tu misericordia y la ofrenda paternal de amor para todos sus hijos.

    Pedimos tu bendición sobre todas aquellos a quienes le has confiado la maternidad. Que Tu Espíritu Santo constantemente las inspire y fortalezca. Que nunca dejen de seguir el ejemplo de María, madre de Nuestro Señor, y de imitar su fidelidad, su humildad y su amor oblativo. Que las madres pueden recibir su gracia abundantemente en esta vida terrena, y que esperen participar de la alegría eterna en Tu presencia en la vida por venir.

    Te lo pedimos por nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, mundo sin fin.

    AMEN.


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